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RFI: L'assassinat de la mère courage qui avait ému le Mexique
El Consejo de Derechos Humanos (CDH) es el cuerpo intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas responsable de la promoción y protección de todos los derechos humanos en todo el mundo. El HRC se reúne en sesión ordinaria tres veces al año, en marzo, junio y septiembre. La La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) es la secretaría del Consejo de Derechos Humanos.
Debate y aprueba resoluciones sobre cuestiones mundiales de derechos humanos y el estado de los derechos humanos en determinados países
Examina las denuncias de víctimas de violaciones a los derechos humanos o las de organizaciones activistas, quienes interponen estas denuncias representando a lxs víctimas.
Nombra a expertos independientes que ejecutarán los «Procedimientos Especiales» revisando y presentado informes sobre las violaciones a los derechos humanos desde una perspectiva temática o en relación a un país específico
Participa en discusiones con expertos y gobiernos respecto a cuestiones de derechos humanos.
A través del Examen Periódico Universal, cada cuatro años y medio, se evalúan los expedientes de derechos humanos de todos los Estados Miembro de las Naciones Unidas
Se está llevarando a cabo en Ginebra, Suiza del 30 de junio al 17 de julio de 2020.
AWID trabaja con socios feministas, progresistas y de derechos humanos para compartir conocimientos clave, convocar diálogos y eventos de la sociedad civil, e influir en las negociaciones y los resultados de la sesión.
It is exactly the same process and same deadline. Please use the same form to submit your activity, whether it is in-person, online, or both (hybrid).
5 de la tarde, hoy.


La escritura a mano de la invitación—
enroscada y brusca—
la he visto cinco veces en cinco años.
Mi cuerpo se activa,
afiebrado.
Necesito cogerme a mí misma antes.
La marea está alta esta noche y
yo
acabo/me corro.
Quiero bajar la velocidad de todo,
saborear el tiempo y el espacio, grabarlos
en la memoria.
*
Nunca he estado antes en esta parte de la ciudad.
Los lugares desconocidos me excitan,
la forma en que las extremidades y las venas
y los huesos
resisten a la descomposición,
su destino incierto.
En la puerta, lo pienso dos veces.
El vestíbulo está oscuro como el carbón
y me hace detenerme.
Del otro lado,
un portal de olor y color
se abre como una maldición
a una tarde soleada.


La brisa
hace bailar mi cabello,
despierta su curiosidad,
lo obliga a moverse.
Oigo chirriar la silla de ruedas,
dando forma a las sombras.
Entonces lx veo:
un rostro de lince
y un cuerpo como el mío
y me encuentro deseando a ambos
de nuevo.
La criatura me hace señas para que me acerque.
Sus gestos escriben una oración;
mientras me muevo hacia ellx
noto sus detalles:
marchitarse, carne, deleite
A su orden, la enredadera que cubre el vestíbulo
abrazando piedras tibias
serpentea hacia arriba por la pared.
Se convierte en un verbo,
«trepar»,
y me reoriento cuando sus garras apuntan
al cantero de la enredadera en el centro.
Oigo las ruedas detrás de mí,
luego ese sonido.
Reverbera
como ningún otro.
Sus largas alas negras
se elevan hacia el cielorraso
y después se lanzan hacia adelante.
La visión felina examina cada detalle,
cada cambio,
cada anhelo.
¿Puede el deseo licuar tus músculos?
¿Puede actuar más dulce que el
tranquilizante más potente?


Un lince cose el mundo
a través de nuestras diferencias
tejiendo encaje alrededor de mis rodillas.
¿Puede el deseo aplastar la distancia del mundo, comprimiendo los segundos?
Se acerca todavía más,
el ojo de lince encontrando el ojo humano,
olfateando el aire,
convirtiendo al cuerpo en
urgencia.
Ellx agita sus alas.
Atizadas,
las lianas se enmarañan alrededor de mi cintura/residuo.
Su lengua adelgaza el tiempo,
moviendo los suelos,
calma, con su magia,
lo que se aviva debajo.
Veo el mundo en ti, y el mundo
está exhausto.
Entonces ellx suplica:
Déjame hacer de tí mi banquete.
By: Marianne Mesfin Asfaw

I have many fond memories in my journey with feminism, but one in particular that stands out. It was during my time at graduate school, at a lecture I attended as part of a Feminist Theory course. This lecture was on African feminism and in it the professor talked about the history of Pan Africanism and the ways in which it was patriarchal, male-centric, and how Pan Africanist scholars perpetuated the erasure of African women. She talked about how African women’s contributions to the anti-colonial and decolonial struggles on the continent are rarely, if ever, discussed and given their due credit. We read about the African feminist scholars challenging this erasure and actively unearthing these stories of African women led movements and resistance efforts. It seems so simple but what stood out to me the most was that somebody put the words African and feminist together. Better yet, that there were many more of us out there wrestling with the complicated history, politics and societal norms in the various corners of the continent and we were all using a feminist lens to do this. I came out of that lecture feeling moved and completely mind-blown. After the lecture three of my friends (all African feminists) and I spent some time debriefing outside the classroom. We were all so struck by the brilliance of the lecture and the content but, more than anything, we all felt so seen. That feeling stood out to me.
Falling in love feminism was thrilling. It felt like finally getting to talk to your longtime crush and finding out that they like you back. I call it my crush because in high school I referred to myself as a feminist but I didn’t feel like I knew enough about it. Was there a right way to be feminist? What if I wasn’t doing it right? Attending my first Women’s Studies lecture answered some of these questions for me. It was thrilling to learn about stories of feminist resistance and dismantling the patriarchy. I felt so affirmed and validated, but I also felt like something was missing.
Deepening my relationship with feminism through academia, at an institution where the students and teaching staff were mostly white meant that, for those first few years, I noticed that we rarely had discussions about how race and anti-blackness show up in mainstream feminist movements. In most courses we had maybe 1 week, or worse 1 lecture, dedicated to race and we would usually read something by bell hooks, Kimberly Crenshaw’s work on intersectionality, and maybe Patricia Hill Collins. The following week we were back to sidelining the topic. I dealt with this by centring race and black feminism in almost all my assignments, by writing about black hair and respectability politics, the hypersexualization of black women’s bodies, and so much more. Over time I realized that I was trying to fill a gap but didn’t quite know what it was.
Encountering and learning about African feminism was a full circle moment. I realized that there was so much more I had to learn.
Mainly that my Africanness and my feminist politics did not have to be separate. In fact, there was so much that they could learn from each other and there were African feminists out there already doing this work. It was the missing piece that felt so elusive during my exploration of feminism throughout my academic journey.
Feminism to me is the antithesis to social and political apathy. It also means once you adopt a feminist lens, nothing can ever be the same. My friends and I used to talk about how it was like putting on glasses that you can never take off because you now see the world for what it is, mess and all. A mess you can’t simply ignore or walk away from. Therefore my vow to the feminist movement is to never stop learning, to keep stretching the bounds of my empathy and to never live passively. To dedicate more time and space in my life to feminist movements and to continue to amplify, celebrate, document and cite the work of African feminists. I also commit to centring care and prioritizing pleasure in this feminist journey because we can’t sustain our movements without this.
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RFI: L'assassinat de la mère courage qui avait ému le Mexique
En síntesis, ¡sí! En este momento AWID está trabajando con un Comité de Accesibilidad, para garantizar que el Foro sea lo más accesible posible. También estamos realizando una auditoría de accesibilidad en la sede del Foro, los hoteles circundantes y el transporte. Antes de que se abra el proceso de inscripción incluiremos en esta sección información detallada sobre la accesibilidad del Foro de AWID. Mientras tanto, si tienes alguna pregunta por favor contáctanos.
Trauma is not the event; it is how our bodies respond to events that feel dangerous to us. It is often left stuck in the body, until we address it. There’s no talking our body out of this response – it just is.
«Mientras estaba en la primera línea de la protesta, fui sometida a violencia sexual, a lesiones físicas y a otras formas de violencia. Pero no me detendré hasta que logremos pleno gobierno civil en Sudán. Debemos impedir la militarización del Estado. Nuestros cuerpos no deben seguir siendo tratados como campos de batalla»
dijo Amal,1 una manifestante de 23 años.2
Durante los últimos cuatro años, las mujeres lideraron la revolución en Sudán. Su liderazgo no fue solo callejero, sino que constituyó el poder que impulsó la resistencia constante en todos los niveles. Las mujeres y las jóvenes feministas se convirtieron en la conciencia alerta del movimiento de cambio y democratización sudanés. Desde la primera protesta del 13 de diciembre de 2018 contra el régimen anterior, en la ciudad de Aldmazein, en el área de conflicto del Nilo Azul, las jóvenes estudiantes fueron las voces que demandaron el fin de la dictadura de los militares y los Hermanos Musulmanes, que ya lleva treinta años en el poder.

El movimiento feminista, liderado por mujeres de entre 16 y 35 años, ha entablado una revolución dentro de la revolución en Sudán durante los últimos cuatro años de lucha ininterrumpida. Las potentes voces de las jóvenes que ocupan espacios en las calles, las redes sociales, la sociedad civil y las organizaciones políticas se elevaron lo suficiente como para reconfigurar la opinión pública y desafiar las normas sociales. Por primera vez en la historia de Sudán, las discusiones sobre violencia sexual y de género y sobre los tabúes de la violencia doméstica y los procesos de toma de decisiones dominados por los hombres se convirtieron en debates generalizados. Los equipos de fútbol de mujeres designaron voceras ante los comités de resistencia, y los sindicatos profesionales liderados por mujeres son parte de la expresión de la nueva ola del movimiento feminista de Sudán. El logro más importante es que las jóvenes se identifican como feministas en forma orgullosa y pública, en un país regido por el fundamentalismo islámico durante tres décadas. Los jóvenes varones que apoyan el activismo feminista -y se identifican como feministas- son otra señal de progreso notable.
Bajo el actual régimen del golpe militar, las jóvenes que lideran estas iniciativas y los grupos de mujeres que trabajan en el territorio no pueden mencionarse aquí debido a varios problemas de seguridad. Pero su resiliencia, su fuerza y su valentía serán incluidas en los libros de historia. Las audaces jóvenes que encabezan la resistencia en las calles y detrás de las pantallas, y que trabajan en diferentes profesiones y áreas de activismo están dando forma al futuro de Sudán. Las jóvenes feministas de Sudán están creando nuevos espacios para que las narrativas y los discursos feministas reestructuren la distribución del poder a nivel político, económico y social.
A pesar de la inmensa violencia, del resurgimiento del islamismo fundamentalista, de la militarización y de la reducción de los espacios cívicos, las activistas feministas de Sudán se mantienen arraigadas en su sororidad. Siguen siendo una gran inspiración para los movimientos feministas de todo el mundo.
Nazik Awad
1 «Amal» es un seudónimo utilizado para proteger a la joven activista citada.
2 Desde 2018, Sudán vive en una revolución constante. Una nueva ola opositora arrancó a partir del golpe militar del 25 de octubre de 2021.

When thousands of feminists come together, we create a sweeping force of solidarity that has the power to change the world. The AWID Forum will be a moment for us to rest and heal together, connect across borders, and discover brave new strategic directions.
The date and location will be announced next year, as soon as we can. We’re excited and we know you’re excited too. Stay tuned!
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Esta historia es sobre la manera en que un grupo cada vez más diverso de feministas del Pacífico se organizaron a lo largo de los años para asistir a los Foros de AWID, y el modo en que ese proceso lxs transformó en forma personal, como organizaciones y como movimiento a través de lo que aprendieron, descubrieron y experimentaron. Ilustra la importancia de los Foros como espacio que permitió que una región que tiende a ser marginada o ignorada a nivel global pueda construir una presencia sólida en el movimiento feminista, que luego es replicada en otros espacios internacionales de derechos de las mujeres.

De nombreuses participantes vivent les Forums de l’AWID comme un espace de liberté unique où elles sont accueillies et célébrées, telles qu’elles sont. Dans un monde où même les féministes les plus privilégiées ont souvent du mal à s’intégrer, pour celles dont l’identité est criminalisée ou condamnée dans leur contexte quotidien, cette expérience de liberté et de célébration peut être profondément transformatrice (et réparatrice). L’histoire de la façon dont OluTimehin Kukoyi - qui participait pour la première fois - a vécu le Forum des féminismes noirs et le Forum de l’AWID à Bahia (2016) illustre bien cela.